Yo soy Betty, la fea

El vaticinio de Hugo no empaña la celebración de Betty, con nueva sonrisa, y de Armando. Al ritmo de otro Armando Manzanero y de Olga Tañón, la pareja está lista para ver llegar el futuro.

Frente a los empleados, Armando y Betty confirman su compromiso de luchar con amor por Ecomoda y salvarla de la presidencia de Daniel, aunque las explicaciones se las tienen que dar a otro.

Daniel ya se ve como presidente de Ecomoda y genera pánico en la empresa. Marcela, sin embargo, dice algo que puede cambiar el curso de los hechos, aunque igual comienzan las despedidas.

Betty dice que Armando le hizo la última canallada, él sabe que es un obstáculo para ella, pero todos les piden a ambos que no se precipiten y que piensen bien la decisión que van a tomar.

A punta de tragos, amenazas de hacerse daño y gente que sin mucha explicación le da el beneficio de la duda, Armando llega a donde están Betty, Michel y también Ricardo Montaner.

Herido en su amor propio, Armando jura que Betty no se va a ir ni a Cartagena ni a ninguna parte, pero primero tiene que conseguirla y para ello recibe la ayuda de una aliada inesperada.

Betty está decidida, aunque le preocupan varias cosas de la propuesta de Michel. Armando, desesperado, grita lleno de ira contra sí mismo. Las noticias no caen nada bien en Ecomoda.

Michel le hace una oferta muy atractiva a Betty que implica tomar decisiones difíciles para ella. Armando no sabe manejar sus sentimientos y en su descontrol obtiene algo que no debería.

La presencia de Michel en Ecomoda causa revuelo. El Cuartel de feas no cabe en su emoción por Betty, Patricia está entusiasmada con el francés, y Armando, lleno de celos, no sabe qué hacer.

Armando nunca ha estado tan convencido de lo que siente su corazón, Betty se debate en el suyo y si bien parece decidida, una visita que tardó en llegar parece que va a complicarlo todo.

La primera franquicia de Ecomoda en Venezuela está por nacer, aunque hay detalles que clarificar antes de firmar el contrato. Marcela tiene información al respecto, que usa contra Betty.

A Betty la desconcierta el Armando que regresó de viaje y se pregunta cuánto en realidad ha cambiado, es Marcela, sin embargo, la que descubre hasta dónde está él dispuesto a llegar.

Por la cabeza de Betty pasan muchas cosas para que pueda disfrutar con tranquilidad de su triunfo y desde Daniel hasta Nicolás le empañan la noche, pero la prensa internacional la aclama.

Betty tiene que vencer su timidez y como presidenta de Ecomoda presentar el desfile de la colección, aunque Hugo quiere decir la última palabra y promete una gran sorpresa para el final.

Comienzan a llegar los invitados y los canales de televisión al lanzamiento de la nueva colección de Ecomoda, hay mucho interés en la acompañante de Armando, pero la primicia la da Hugo.

Por fin se conoce el resultado del reto más grande de Hugo, el Cuartel de feas luce su nueva apariencia. Por sus ideas, Betty recibe elogios que no se esperaba y que la confunden un poco.

El día más importante de Betty en la presidencia de Ecomoda, el del lanzamiento de la nueva colección, se empaña con la llegada de Armando, que tiene una invitada muy especial de Venezuela.

El viaje de Armando deja libre el camino para que Betty y Marcela se peleen por la empresa y por él. Nicolás es buen mediador, pero está muy distraído con su propio conflicto de interés.

Al mediodía, Betty se reúne con el Cuartel de feas y le echan las cartas. En la noche, cena con Daniel que juega su mano y a Armando, que los espía, no le gusta verse en ese espejo.

En el comité se exponen los proyectos para Ecomoda y Marcela queda con un encargo que no le sienta bien. Los problemas económicos de Patricia llegan al extremo y busca un nuevo benefactor.

Betty le reclama al Cuartel de feas lo que escuchó Marcela. Sin embargo, es ella quien aclara dudas y pide una discreción que no llega, pues las peleas con Patricia son constantes.

Armando se niega a perder la bolsa de recuerdos de su relación con Betty y va detrás de ella por toda Ecomoda. La presidenta está ocupada con visitas incómodas de Marcela y de Daniel.

Hugo comienza la tarea titánica que la presidenta de Ecomoda le puso. El Cuartel de feas exige explicaciones ante las medidas tomadas y descubren lo que Betty no les ha querido contar.

La nueva presidenta está muy ocupada, pero los movimientos de personal y las sospechas de Marcela, que teme un acercamiento entre Armando y Betty, vuelven una pesadilla la jornada laboral.

En el primer comité de la presidencia de Betty, ella y Armando exponen ideas y planes para la recuperación de la empresa, aunque es Hugo el que recibe el reto más grande de su carrera.

La guerra entre el Cuartel de feas y Patricia no conoce tregua, Betty y Marcela deben llegar a un acuerdo al respecto y a su propia convivencia en Ecomoda, con Armando también muy cerca.

Salvar a Ecomoda se complica pues un juez cuestiona la seriedad de las partes. Armando y Betty se compromenten a mantener el buen espíritu, pero hay enfrentamientos en toda Ecomoda.

Marcela cree en la palabra que le dio Armando de que no se acercaría a Betty, lo primero que hace él es aparecerse en la celebración del Cuartel de feas, los celos detienen la fiesta.

Patricia teme que nombren vicepresidentas a todo el Cuartel de feas, el cargo es para otro. Betty y Marcela establecen las reglas del juego, Armando se entera de los planes en el pasillo.

Para aceptar sus nuevas responsabilidades, Betty pone una condición muy especial respecto de Marcela, y Roberto, el papá de Armando, también pone la suya. Los chismes no paran en Ecomoda.

Boquiabierta, la junta directiva recibe a la cambiada Betty para que tomen importantes decisiones sobre el futuro inmediato de Ecomoda: nadie está cómodo con el curso de los acontecimientos.

Betty regresa a Ecomoda con gafas nuevas y sus mejores intenciones: la sorpresa que siente al escuchar lo que le dicen es la misma que todos tienen en Ecomoda al verla tan cambiada.

La propuesta del abogado no cae bien en la junta y, para aceptarla, los miembros tienen que valorar más a Ecomoda que a su amor propio. Ahora tienen que decidir cómo darle la noticia a Betty.

Los abogados de Betty se reúnen con la junta de Ecomoda y los ánimos están más calmados, queda ahora pagar la deuda y proteger los activos de la empresa, incluso con el patrimonio propio.

En su última parada antes de volver a Bogotá, Betty hace el esfuerzo de imaginar a Armando y hablar con él, lo que le espera en su casa y en Ecomoda depende de la diligencia que hace su papá.

Al ritmo de la canción de Franco de Vita, Betty, Armando y Marcela toman decisiones importantes, pero no hay buenos perdedores en el tema de Ecomoda, que se vuelve más y más personal.

Ante las pocas opciones legales que les quedan, en Ecomoda quieren recurrir a la familia de Betty para que intercedan. Tras la mala noche, Armando está listo para recuperar la brújula.

Betty recibe atenciones que no cree merecer y Marcela tiene que curar las heridas de Armando. En la reunión de Ecomoda elaboran un plan para neutralizar a la que les robó la empresa.

Nicolás es el encargado de dar la noticia más esperada, pero igual estalla como una bomba, Betty disfruta de su nuevo perfil y Armando muestra que siempre se puede llegar más bajo.

Betty le insiste a Nicolás que no va a hablar con Ecomoda, él se comunica con el abogado y quizás ya no sea necesario. A ella la espera una gran noche y se prepara como nunca antes.

Sin despegarse ni un momento de la botella, Armando da tumbos y cada vez está más solo en Ecomoda, a la espera de una Betty que descubre nuevas atenciones y que tiene muchas cosas por hacer.

Franco De Vita le dice a Betty que está muy bonita y ella parece lista para caminar con la frente en alto y disfrutar de la vida, aunque sabe que Armando y Ecomoda la esperan a la vuelta.

Nicolás asiste a la reunión de la directiva en lugar de Betty y tiene que darle la cara a mucha gente, ella está por tener una cita incómoda para la que necesita confianza y relajación.

Con la ayuda de la playa y de Taís Araujo, la nueva Betty se pone en marcha. En Ecomoda todo el mundo está a la espera de su próxima jugada y Marcela le arranca una confesión a Armando.

La junta directiva no puede proseguir si Betty no está presente, Armando se compromete a convocarla, ella anda con ropa prestada y conoce a la protagonista de Xica Da Silva, Taís Araujo.

Marcela no para de leer las instrucciones de Mario, piensa que hay algo más en lo que hizo Armando. En Ecomoda quieren enterarse de la historia completa, pero no hay quien pueda contarla.

En un día muy largo, Betty no tiene mucho tiempo para disfrutar del mar y el cambio de ambiente no es lo que esperaba. Ella, Armando, Marcela y Patricia le hacen duelo a sus pérdidas.

Marcela enfrenta a su prometido y agradece que él haya quedado desenmascarado, Armando solo está pendiente de ir en busca de Betty para aclarar las cosas, aunque ella no está para nadie.

Cabizbaja, Betty saca sus pertenecias de la oficina, Marcela suspende el matrimonio con Armando y a pesar de las advertencias, exige revisar lo que Betty se lleva consigo de Ecomoda.

Por fin se realiza la junta directiva, Betty le tiene una sorpresa a los presentes, sobre todo a Armando y Mario. El presidente de Ecomoda tiene muchas explicaciones que dar sobre la empresa.

Armando y Mario hablan del futuro inmediato, Betty los oye y eso la lleva a tomar la decisión más grave para ella y para su jefe. La junta directiva espera en la sala de reuniones.

"Después de la junta" es la respuesta que Armando le da a Betty y a Marcela, pero el dilema que tiene entre sus sentimientos o su empresa lo tiene que resolver, con un Daniel que ya sabe todo.

Armando por primera vez acepta la profundidad de sus sentimientos hacia Betty, ella siente que se dieron el último beso y está lista para tomar las acciones necesarias para el futuro.

La nueva colección de Ecomoda deslumbra y todos están contentos, excepto Armando, que tiene que ir a donde está Betty para poder celebrar, y Daniel, quien recibe información importante.

Todos esperan a Armando en el desfile de la nueva colección. Antes de salir para allí, él se muestra indefenso e insiste en su palabra para asegurarse de que Betty haga el informe de Ecomoda.

Marcela aprovecha la cachetada que recibió Armando para poner los puntos sobre las íes con Betty. Daniel devela quién es la dueña de Terramoda, sin tener claro qué se esconde detrás de ello.

Lo que pasó entre Nicolás y Armando está en boca de todos, incluso de Marcela. La versión de Betty es la oficial, aunque Armando promete dar más detalles en un momento muy específico.

Betty está con el Cuartel de feas, Nicolás la espera en el carro cuando llega Armando medio borracho, los celos se salen de control y hasta Patricia se entera de lo que sucede entre ellos.

Los últimos detalles para el desfile se interrumpen por un desmayo y Armando, pasado de tragos, trata de que Betty no se le escape de las manos. Daniel está más cerca que nunca de la verdad.

Betty está segura de que el único interés de Armando es su empresa y el informe que tienen que entregar, aún así, los preparativos de la boda y del nuevo desfile de Ecomoda la entristecen.

En medio de celos y reclamos, Armando le hace una confesión a Betty que la llena de preguntas sobre la honestidad de los sentimientos de él, aunque Marcela luzca muy segura del futuro.

Betty está muy molesta por la cita que Nicolás tuvo con Patricia y lo trata como una novia celosa para así sacar de sus casillas a Armando, que no piensa quedarse de brazos cruzados.

Se destapa la movida de Nicolás, los reclamos que le hace Betty sacan a Armando de sus casillas y ella le sigue el juego a pesar de que el balance de Ecomoda tiene que estar listo muy pronto.

Armando necesita que Betty haga el informe de Ecomoda muy bien maquillado y ella le recuerda las promesas que le hizo sobre su matrimonio con Marcela, que está muy ocupada con los preparativos.

Para Betty, el juego de la proximidad la afecta a ella y no a Armando, por eso teme las consecuencias de la noche anterior, aunque él tiene bastantes razones por las que preocuparse.

Durante la velada, Betty tiene el control de la situación, hasta que una llamada hace que Armando vuelva al ataque y esté por salirse con la suya, al igual que Patricia en su cita con Nicolás.

A gritos, Armando le exige a Betty que salgan juntos, ella acepta con unas condiciones difíciles de manejar para él. Aún así, Betty le pide ayuda a Nicolás, que está en una movida peculiar.

El presupuesto de Nicolás despierta mucho interés y sospechas. Armando y Mario insisten en un plan que consideran infalible para recuperar a una Betty que los tiene más y más preocupados.

Entre champaña y langosta, Betty le muestra a Armando hasta dónde está dispuesta a llegar, pero no es solo él quien tiene preguntas, Daniel también busca explicaciones sobre Nicolás.

Betty llega en su auto a Ecomoda y nadie para de hablar de lo segura y decidida que se ve, Armando no logra descifrar a su asistente y eso lo tiene al borde de un ataque de nervios.

El nuevo auto causa problemas en la familia de Betty, que espera que Armando dé la cara, él está muy preocupado y con pesadillas en las noches, Marcela se lamenta por ser tan ingenua.

Betty y Nicolás compran un auto a la altura de la directiva de Terramoda, los efectos son inmediatos, a él lo miran distinto y a Armando lo come la intriga sobre lo que sucede en realidad.

Tras el desplante de la noche anterior, Armando exige explicaciones. Betty quiere el regalo del día; por suerte, Mario puede ayudar a su amigo, pero Marcela también está de regreso.

Nicolás se aparece en el evento de Adriana Arboleda, Betty, con los sentimientos en conflicto, quiere ver cuál es el siguiente paso de un Armando muy confundido con la actitud de su asistente.

Las empleadas de Ecomoda tienen muchos problemas, el Cuartel de feas está en sesión y una de las recomendaciones es escuchada por Betty, que decide ponerla en marcha contra Armando.

El pasado atormenta a Betty, Nicolás sabe quién tiene la situación en sus manos y se lo muestra. De regreso en el trabajo, ella ya no es la misma y Armando no se ha dado cuenta del cambio.

Betty, herida y fuera de sí, quiere dejarlo todo y no volver a Ecomoda. Entre recuerdos, ella descifra las intenciones de Armando y Mario, Nicolás, sin embargo, le reclama lo que ella hizo.

Betty no puede creer lo que dicen las instrucciones de Mario. Entre lágrimas y con el corazón destrozado, reúne las fuerzas que le quedan para averiguar el papel de Armando en lo sucedido.

Marcela acepta que Armando no vaya a Palm Beach, ella y Mario tienen que aprovechar el poco tiempo que les queda disponible para dejar las cosas claras y sin ningún descuido con Betty.

El taller de Hugo es visitado por muchas celebridades, pero Cecilia Bolocco es testigo de un problema. Armando, lleno de remordimientos con Betty, tiene que salvar el viaje a Palm Beach.

Armando lleva a Betty a un lugar con muchos recuerdos y tiene que utilizar sus mejores argumentos para convencerla de que todo está bien, pero toca temas que no lo dejan bien parado.

Antes de su viaje a Palm Beach, Armando necesita dejar las cosas con Betty en buenos términos y la exposición de Picasso es un buen lugar para hacerlo, aunque Marcela lo busca de sala en sala.

La visita de Adriana Arboleda a Ecomoda genera un revuelo y tanto Marcela como Betty se enfurecen con Armando, que intenta calmar las aguas sin perder de vista el estado de la empresa.

El matrimonio de Marcela y Armando depende de que ella vuelva a tener confianza en él y eso es puesto a prueba con una visitante a Ecomoda, que también despierta los celos de Betty.

Marcela toma una decisión drástica y Daniel aprovecha para marcar aún más sus diferencias con Armando que, acorralado, intenta con nuevas promesas mantener a Betty contenta y de su parte.

Las tensiones entre Armando y Marcela están fuera de control en medio de idas y venidas sobre el matrimonio, las noticias no son buenas para Betty y Patricia pone a Nicolás en la mira.

Armando está lleno de remordimientos, pero la llegada de la nueva colección de Ecomoda lo devuelve a las viejas andanzas y Betty tiene a su cargo escribir el informe sobre la empresa.

A pesar de las dudas de último momento, Betty y Armando tienen la celebración esperada y reaccionan muy diferente frente a lo sucedido; Marcela, llena de dudas, intenta reconstruir los hechos.

La fiesta en casa de Betty es amena y dura más de lo anticipado debido a la llegada de dos nuevos invitados, pero la verdadera sorpresa de la noche se la llevan Marcela y Patricia.

A pesar de que los padres de Betty preparan una fiesta para su hija, ella y Armando mantienen su plan original, pero tratan de complacer a todos y no saben que Marcela está al acecho.

Surgen varias invitaciones para festejar el cumpleaños de Betty, la de Armando se complica por un evento de última hora, que Marcela trata de aprovechar para dejar en evidencia sus intenciones.

Los sentimientos de Betty por Armando evolucionan y son difíciles de contener, él no quiere perder el control, pero una fecha especial se interpone y Mario sabe lo que su amigo tiene que hacer.

En Ecomoda, todos tienen algo que opinar sobre la nueva imagen de Betty, pero Daniel está más que dispuesto a decírselo en la cara y Patricia se entera de una información importante.

Ante la insistencia de Betty de marcar distancia, Armando propone que tengan más cuidado, aunque él se muestra dispuesto a responder a la menor provocación y defiende a Betty en plena calle.

Un detalle sobre el escritorio de Armando pone a Marcela en la pista correcta. Betty toma una decisión que Armando no puede aceptar por miedo a que Nicolás quede más cerca de ella.

La salida de Betty y Armando es más pública de lo esperado y temen haber sido reconocidos. Las sospechas de Marcela, que busca evidencias de lo ocurrido, llegan pronto a los oídos de Betty.

Para poder salir otra vez con Betty, Armando inventa un compromiso al que Marcela por nada del mundo va a asistir, pero cuando todo marcha a la perfección, una sorpresa lo saca de sus casillas.

La forma en que Betty lleva la nueva relación pone en estado de alerta a Armando, que para lidiar con detalles, celos y con lo que dice la gente, necesita toda la experticia de Mario.

Betty no se atreve a mencionar lo sucedido con Armando, que decide tomar de nuevo la iniciativa. Las ilusiones de ella están fuera de control y él hace un esfuerzo enorme por seguir el juego.

Luego de mucho baile y bebida, el desenlace de la velada trae nuevos dolores de cabeza a Betty y Armando, que tratan de entender lo sucedido y ahora tienen que lidiar con las consecuencias.

Por los problemas de Ecomoda, la idea de Mario se pone en marcha, pero Armando necesita ayuda para mirar con nuevos ojos a Betty, que deja que Nicolás se reúna con el abogado de Terramoda.

La propuesta de Mario no deja dormir a Armando, Marcela le recomienda que cuente el sueño para que no se le cumpla, lo que sí parece que se le va a cumplir es la salida de Patricia de Ecomoda.

La importancia de Nicolás, el gran amigo de Betty, es mayor de lo que Armando se imaginaba y ante su preocupación, Mario insiste en la idea que tiene para mantener bajo control a Betty.

La modelo está lista para llamar la atención de Armando, que se juega mucho en el desfile, pero por los asuntos entre Patricia y el Cuartel de feas es otra la modelo que destaca en la pasarela.

Más decidida que nunca, Marcela quiere que la asistente de Armando salga de Ecomoda. Él intenta saber cuáles son las verdaderas intenciones de Betty, pero también tiene que cuidar otro frente.

El desfile personal que la modelo Claudia le dedica a Armando pone a Marcela en pie de guerra. A pesar de que Betty protege a su jefe, Armando tiene razones para desconfiar de su asistente.

En una reunión extraoficial, la junta directiva de Ecomoda revisa los planes a futuro de Armando, sin saber que el secretario del juzgado hace inventario de los activos de la empresa.

De visita en los bancos con Betty, Armando da la cara para salvar su empresa y cree que todavía está a tiempo de hacerlo, pero Mario le alerta que la confianza puede no ser suficiente.

Aunque Betty actúa con la mayor discreción posible, la riesgosa jugada no le permite dormir a Armando; con sus padres a punto de llegar a Colombia, el escándalo está más cerca de lo que cree.

La nueva colección va viento en popa y organizan un lanzamiento como nunca antes lo han hecho, pero la realidad es otra y Armando empeora, mentira tras mentira, la delicada situación de Ecomoda.

Las noticias de Patricia ya están en boca de todos y ella le saca provecho a la situación, Mario y Daniel tienen pesadillas por ello. Armando hace nuevos negocios, pero luce un poco distraído.

El intento de Armando de resolver la situación de Ecomoda pone el destino de la empresa en manos de Betty, pero todos están pendientes de lo que el Cuartel de feas descubre sobre Patricia.

Armando y Mario no son los únicos que están a la espera de la mercancía y esto trae un grave problema entre ellos y a Ecomoda, que reciba la visita de alguien especial: Charly Zaa.

Marcela insiste en localizar a Armando, Betty tiene que mover sus influencias para que él pueda estar al tanto, pero un paso en falso de Patricia le permite a Armando contraatacar.

De nuevo vestido con su traje de presidente y con la cara lavada, Armando acentúa el maquillaje de sus planes. Marcela no sabe dónde está su prometido e intenta seguirle los pasos.

Vestido y maquillado para cumplir con la apuesta de Hugo, Armando no puede acudir a un compromiso con Marcela y se mete en un inconveniente del que Betty intenta sacarlo en plena madrugada.

Los sentimientos y atenciones de Betty no despiertan el efecto deseado en Armando, que no solo pierde el apetito, tampoco está dispuesto a escuchar ninguna objeción a sus decisiones.

En su afán por mantener su proyección inicial y no ceder la presidencia de Ecomoda, Armando escucha cualquier propuesta sin importar que alrededor suenen muchas campanas de alarma.

La desconfianza de Armando crece al mantener información delicada fuera del alcance de los demás, sobre todo de Daniel, que está al acecho. El control de Armando sobre Ecomoda se tambalea.

Marcela exige explicaciones sobre los resultados de Ecomoda, pero Armando quiere de ella algo más. Betty sabe que Armando cuenta con ella a toda prueba, pero que eso puede no ser suficiente.

En Ecomoda, la fidelidad es escasa y mientras unos se benefician, otros resultan dañados por ello. El destino de la empresa depende del papel en blanco que Betty tiene en sus manos.

El problema entre Mario, Patricia y Aura María, miembro del Cuartel, revienta por lo más delgado y cuando las más débiles intentan hacerse respetar, otros sacan provecho de la situación.

Mientras Mario y Armando discuten las medidas a tomar tras su regreso del viaje, Patricia se convierte en el punto más urgente a tratar, pero no solo ellos quieren que el asunto se resuelva.

Con Armando, Marcela y Mario de viaje, Betty está al mando en Ecomoda y el Cuartel de feas impone su ley, lo que desata la furia de Patricia y Hugo. Las noticias que recibe Betty no son buenas.

El Cuartel de feas está de fiesta por el logro de Betty. Armando intenta arreglar uno de sus problemas y busca hacer las paces con Hugo, que le pone condiciones difíciles de cumplir.

Ante las protestas de Hugo, diseñador estrella de Ecomoda, Armando ordena a gritos que su plan se ejecute tal como él dice, pero las consecuencias de sus acciones comienzan a aparecer.

En Ecomoda muy pocos saben en qué anda Armando, aunque hay una creciente inquietud por la poca información disponible, pero es Betty la que recibe la mayor sorpresa con la trama de su jefe.

Los movimientos estratégicos de Armando se adelantan a enemigos, rivales y a Betty, aunque Marcela está cada vez más descontenta con su lugar en la empresa y con las decisiones de su prometido.

Betty sabe a quién le debe mayor lealtad entre Armando y su papá, pero su decisión le trae cuestionamientos de las personas más importantes. Daniel encuentra cómo mantenerse cerca de Armando.

Dispuestos a todo con el fin de alcanzar sus metas, Armando, Betty y Patricia reciben ofertas difíciles de rechazar, pero con las que se juegan la confianza que depositaron en ellos.

En los nuevos negocios de Ecomoda, Armando es puesto a prueba y tiene que lidiar con las mismas viejas tentaciones, las miradas comienzan a posarse sobre Betty de una manera diferente.

El desempeño de Armando depende de que él, Betty y Mario insistan en mantener una mentira que puede poner en riesgo a Ecomoda. Daniel, por su parte, acelera su plan para controlar la empresa.

Armando y Betty necesitan acceder de nuevo al computador de Betty. Daniel, Patricia y Olarte, vicepresidente de finanzas de Ecomoda, quieren a como dé lugar la información que hay en él.

Daniel mueve sus fichas en Ecomoda para acorralar a Armando, que desata su ira sobre Betty por una falla que no es culpa de ella. El cuartel de feas se activa para ayudar a Betty.

Betty trabaja contrarreloj para poder presentar las cifras que necesita Armando para avalar su administración de Ecomoda, pero los enemigos están mucho más cerca de lo que ella cree.

Marcela está furiosa con la importancia cada vez mayor que adquiere Betty en Ecomoda, pero los problemas de Armando van mucho más allá y tiene que tomar medidas delicadas para la empresa.

La eficiencia de Betty aumenta y Armando está a punto de recompensarla, pero Patricia, apoyada por Marcela, mueve sus piezas y se encuentra con el Cuartel de feas en pie de guerra.

En una cita a ciegas, Betty queda convencida de su lugar en la vida. La ejecución del plan de Armando se complica y necesita de toda la atención de Betty, que se gana nuevos rivales.

Las cartas dicen cosas que ilusionan a Betty. Armando tiene grandes ideas para ella. En la reunión de la junta directiva, Betty recibe un nuevo rol, lo que obliga a Patricia a buscar otras alianzas.

A pesar de los esfuerzos de Betty para que el proyecto de Armando siga adelante, él necesita que ella supere su aprensión a enfrentar a Daniel porque el destino de ambos está en juego.

El plan de negocios no está hecho, Armando siente que está rodeado de incompetentes, pero es Betty la que se lleva la peor parte. Daniel está listo para aprovecharse de la situación.

Por el éxito del informe, Patricia tiene nuevas responsabilidades y busca la ayuda de Mario, vicepresidente de Ecomoda y el mejor amigo de Armando. Betty no se queda de brazos cruzados.

Betty es recibida en el Cuartel de feas y ahora conoce el pasado de la empresa. Armando asume oficialmente la presidencia de Ecomoda con la oposición de su eterno rival y futuro cuñado, Daniel.

Armando quiere un informe del estado de la empresa que le guiará en la construcción de su plan de negocios, Patricia ve la oportunidad de destacar y la eficiencia de Betty queda en entredicho.

Una invitación inusual despierta muchas emociones en Betty y la enfrenta a su padre, que quiere protegerla. Mientras, Marcela quiere poner fin a las dudas de Armando sobre su relación.

Los problemas de agenda de Armando se agravan, esto le trae muchos inconvenientes a Betty. Marcela, furiosa, demanda explicaciones y Armando cuestiona la viabilidad de su compromiso.

Marcela cuestiona que Armando haya puesto en Betty el manejo de todas sus actividades. La capacidad de Betty para lidiar con estas cosas es puesta a prueba y Marcela le pone el ojo encima.

Armando quiere eficiencia; su prometida y accionista de Ecomoda, Marcela, le da importancia a la apariencia y recomienda a su amiga Patricia, que además le ayudará a controlar a Armando.

Beatriz Pinzón, Betty, sabe que su apariencia es un problema, pero cree que sus credenciales son suficientes para pedir trabajo en Ecomoda donde Armando Mendoza busca una nueva secretaria.